Nanami Hamada

Nanami Hamada nació en una aldea remota en el archipiélago japonés, la cual estaba cerca de un cementerio. Sus padres eran unos campesinos honrados que trabajaban duro para darle la mejor vida posible a su única hija. A medida que crecía, fue notando que algunos habitantes de su aldea morían repentinamente sin motivos aparentes y otros estaban agotados todo el tiempo o sufrían diferentes tipos de trastornos que anteriormente no padecían. El jefe de la aldea pidió ayuda a diferentes doctores, sanadores y curanderos, pero ninguno encontró una explicación razonable. Por su curiosidad de niña, decidió preguntarles a sus padres un buen día. Estos le dijeron que era obra de los dioses antiguos que los estaban castigando por sus pecados y por abandonar un poco su fe en ellos. Esta optó por creerles, ya que nunca le mentían. Sin embargo, podía ver unas extrañas criaturas pegadas a las personas.

Durante sus años de secundaria sufrió mucho acoso escolar por parte de sus compañeras de clase debido a su apariencia y forma de vestir. En una ocasión, encontró a su novio basándose en los baños con su única amiga, lo cual hizo que dejara de creer en el amor. Por estas razones, también desarrolló un rechazo hacia las niñas, por lo que sus amigos siempre eran chicos. 

Un día, a la edad de 15 años, un grupo de chicas la llevaron al cementerio y la amarraron a un árbol en forma de broma pesada. Allí gritó pidiendo ayuda y lloró desconsoladamente, ya que siempre le tuvo miedo a ese lugar. Unos minutos más tarde, salió de una de las tumbas una especie de monstruo que parecía un fantasma. Este cada vez se acercaba más mientras Nanami le decía que se alejara. De repente, apareció frente a ella una mujer que desconocía. Esta, de un toque en la frente del fantasma, lo hizo desaparecer, luego la desató y se presentó como Kira. Le explicó que no se trataban de fantasmas, sino que era maldiciones y Nen post mortem de las personas que habían sido enterradas allí. También que esas mismas cosas eran las que estaban afectando a las personas en su aldea y que ella estaba allí para exorcizarlas a todas. Nanami, sin entender nada de lo que había escuchado, le pidió que le explicara mejor. La mujer quedó extrañada porque no comprendía cómo una persona que no tenía conocimientos del Nen podía ver a las maldiciones. Al notar potencial en ella, se dispuso a entrenarla una vez exorcizó a todas las amenazas del lugar.

Cuando cumplió los 20 y ya dominando el Nen a la perfección, su maestra la motivó a que realizara el examen de cazador, pasándolo con muy pocos problemas. A la hora de elegir qué tipo de cazadora quería ser, decidió seguir las huellas de su maestra, convirtiéndose en Cazadora de Maldiciones. Unas semanas después, creó su habilidad Hatsu de exorcista.

Ganó su primera estrella a sus 26, luego de liberar a uno de los soberanos feudales más poderosos del archipiélago japonés de una poderosa maldición. Este logro llegó a oídos de Alonso I, el cual desconocía la existencia de Cazadores de Maldiciones y le envió una invitación especial para unirse a Stigma como parte del equipo de Cazadores de Bestias. Nanami aceptó con el objetivo de conseguir más oportunidades laborales y ayudar a la mayor cantidad de personas posibles. Allí conoció a Sergio Villanueva, quien llamó su atención desde que lo vio. Desde ese entonces, ambos han estado manteniendo una relación solamente sexual sin compromiso.